Consejos vendo, que para mi no tengo.
Como C.E.O de entorno familiar, estaba deseando que Javier se sacara el carnet de conducir, para evitar alguno de mis desplazamientos. Ahora que, por fin, tras una inversión importante en clases, tiene el carnet, le hemos entregado las llaves del turbo. El coche que turbo mi padre, mi amo y después yo.
El turbo civic, tiene casi los mismos años que Javier, pero funciona p.m. (vamos, fenomenal). Es ideal para el estrenarse. Si se roza un poco, no duele. Bueno, sí duele, pero no tanto.
Yo creía que ahora empezada una nueva etapa, más relajada, pero ¡no! Como todo conductor novel necesita rodar para coger confianza.
Antes de delegar la tarea, como buena directiva, he de asegurarme que se tienen claros los objetivos del aprendizaje: conocimientos, competencias y actitudes necesarios, para sobrevivir en el tráfico de Madrid, que es una auténtica jungla.
Primera regla: Haz lo que yo digo, no lo que yo hago. Si os fijáis sólo un conductor primerizo coge correctamente las rotondas y las señaliza.
Segunda regla: Más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto. Permite que te pasen si ves a alguien superando el límite de velocidad. La vida está llena de caga-prisas.
Tercera regla: No por mucho madrugar… amanece más temprano. Nunca trates de “ganarle al semáforo”. Si el semáforo se pone ámbar y tienes suficiente espacio para detenerte, entonces détente.
Cuarta regla: Hombre de buen trato, a todos es grato. En la conducción, como en la vida, hay que ser cortés, especialmente con las personas de la tercera edad, como tu madre. Si ves que hay algún vehículo que quiere incorporarse, adecua tu velocidad, para facilitar su acceso, sin forzar.
Quinta regla: Más vale prevenir que curar. Recuerda mantener una distancia como con las chicas, para evitar colisiones. A ningún@ nos gusta que nos atosiguen.
Sexta regla: Donde menos se piensa, se levanta la liebre. En las calles residenciales, debes ir especialmente atento a las reacciones impredecibles de niños y en general, de la gente.
Séptima regla: Cuando masque, no chasques. Mantén la concentración y no quieras hacer varias cosas a la vez: teléfono, música…
Octava regla: Vale más caer en gracia, que ser gracioso. Si la policía te indica que te detengas, inmoviliza el vehículo y abre la ventanilla un poco. Se amable con el oficial, y tal vez te deje ir. A tu madre le funciona hacerlos reír, pero por favor, no les cuentes chistes.
Décima regla: La diligencia es madre de la buena ventura. Cierra las puertas del coche para evitar la picaresca y no dejes cosas a la vista.
Como “el camino que se sabe, bien se anda”, hemos planificado una serie de salidas tutorizadas, para que aprenda los recorridos que va a realizar habitualmente: Universidad Autónoma, colegio Brains, entrada y salida de párkings…
La delegación de tareas a corto plazo, como podéis comprobar, implica un sobreesfuerzo, pero espero que merezca la pena. Y, aunque “nadie escarmienta en cabeza ajena”, la responsabilidad, sigue siendo mía.
- Javier, “ayuda mucho el que poco estorba”, cámbiate a tu carril de la derecha.
- Muy bien, hijo, lo haces muy bien.
- ¡Será desgraciado! ¿Es que no ves que lleva una L?
- Si es que “el que nace lechón, muere gorrino”.
- ¡No te pegues tanto a la derecha hijo!
- Bueno, está bien, pero la próxima vez, sin subirte a la acera.
Mar H.M.
C.E.O. de Entorno Familiar, S.L