Rosario Castellanos: Destino

Rosario Castellanos: Destino

 


  1. Matamos lo que amamos. Lo demás
    No ha estado vivo nunca.
    Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
    Un olvido, una ausencia, a veces menos.
    Matamos lo que amamos. ¡Que cese esta asfixia
    De respirar con un pulmón ajeno!
    El aire no es bastante
    Para los dos. Y no basta la tierra
    Para los cuerpos juntos
    Y la ración de la esperanza es poca
    Y el dolor no se puede compartir.

    El hombre es ánima de soledades,
    Ciervo con una flecha en el ijar
    Que huye y se desangra.

    Ah, pero el odio, su fijeza insomne
    De pupilas de vidrio; su actitud
    Que es a la vez reposo y amenaza.

    El ciervo va a beber y en el agua aparece
    El reflejo del tigre.

    El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
    -Antes que lo devoren- (cómplice, fascinado)
    Igual a su enemigo.

    Damos la vida sólo a lo que odiamos.